diciembre 30, 2013

JOSÉ POSTERARO SCOPETTA



Don Pepe Posteraro

Don José Posteraro Scopetta, nació en Scalea, Cosenza, Italia, un 14 de junio de 1909. Llegó a este país por Puerto Colombia en el año de 1923, a la edad de 14 años.

Se radicó en Fundación, donde se desempeñó como destacado músico y comerciante en su almacén Posteraro.

Fue un señor muy elegante, amoroso y familiar. Componía música, poseía una colección de música italiana y se deleitaba escuchando a Carusso.

Don Pepe fue maestro de Música de Antonio María Peñaloza Cervantes. Igualmente fue director, maestro y escribiente de las partituras para la Banda “20 de Julio” de Juan Carrillo.

Se casó con doña Mercedes Salinas, de cuya unión nacieron seis hijas: Ascención, Fermina, Adelina, Reyna, Blanca y Saray.

Al enviudar tuvo un segundo matrimonio con la señora Helina Cifuentes, con quien no procreó hijos.

Su hermano Mario Posteraro y su familia se radicaron en San Ángel, Magdalena y le visitaban con frecuencia en Barranquilla donde residió por muchos años en el barrio Ciudad Jardín hasta su muerte.

Falleció en Barranquilla, el 3 de Marzo de 1986.

La música de Fundación y el Caribe le deben mucho a don Pepe Posteraro.
 

ITALIANOS EN MACONDO

Investigación sobre la llegada de los Italianos al Caribe Colombiano, desde Barranquilla hasta Fundación:

diciembre 11, 2013

LA PARRANDA VALLENATA


La Parranda es, fundamentalmente, un rito de amistad. La más alta celebración que se hace por motivos muy especiales y en honor de alguien o algo que se quiere exaltar. Los contertulios se sitúan alrededor del conjunto de música Vallenata y en medio de gran silencio y atención escuchan los cantos que éste interpreta. Entre canto y canto aparecen los chistes, las anécdotas, los cuentos, las historias que dieron origen a algunos cantos, mientras el licor circula profusamente entre los invitados que finalmente, bien avanzadas las horas, acaban degustando el suculento sancocho que ha estado hirviendo en los fogones debajo del confortable palo de mango que está en el patio de la casa.


Daniel Samper Pizano y Pilar Tafur, en uno de sus escritos, destacaron que las tres culturas que se unieron en nuestra America ya tenian algunos elementos musicales comunes. Por ejemplo, las tres conocieron la percusion, las tres emplearon el canto antifonal-un solista que canta y un coro que responde-y las tres desarrollaron fiestas populares alrededor de la musica: los antillanos las llamaron areitos; las de los españoles se conocen con diversas expresiones, desde los seises del Corpus Christi andaluz hasta los guateques campesinos o las rumbas urbanas; y en ciertos pueblos africanos se llamaron bembe.

Parranda Fundanense,
conjunto del Niño Villa

Eran muchas las familias Fundanenses que patrocinaron este folclor y esta tradición que hoy se está perdiendo, pero sin lugar a dudas fueron los Andrade, Gonzalez, Bornacelly, Sánchez, Gamarra y Rada, entre otros,  quienes se destacaron por auspiciar en sus casas, fincas y festividades este encuentro social.



En Fundación era frecuente encontrarse con los juglares del Vallenato haciendo su debut con su folclor, al punto de que grandes maestros de este genero musical vivieron en esta ciudad, como lo fueron Luis Enrique Martinez, Juancho Polo Valencia, Chelo Rojano, entre otros. Era usual encontrar tocando a Luis Enrique Martínez en el hotel Buenos Aires; a Emiliano Zuleta, Julio de la Ossa y Andres Landeros en el hotel Ariguaní; En la Piragua a Abel Antonio Villa; en el Bar la Ola a Juancho Polo Valencia; y Armando Zabaleta en la casa de Jaime Bornacelli entre otros.


CAMILO GEORGE

Fue en Fundación, donde nacen los concursos de música de acordeón. 

El Libanés CAMILO GEORGE CHATME, quien había llegado a Fundacion en 1944 aperturó un almacén llamado La Casa George, que era una Miselanea de productos entre los que se encontraban los acordeones europeos, decide en 1948 promover y patrocinar un corcuso de música de Acordeón al frente de su famoso Almacén,  el cual estaba ubicado frente a lo que hoy es el BBVA, entregando como premios artículos del mismo almacén. 

El Señor George se convirtió en el pionero en Colombia que puso a competir a los autores de las parrandas en la región y tuvo tanta acogida ese concurso que en los años siguientes Rafael Escalona y Gabriel García Marquez hicieron lo propio en Aracataca y luego esa costumbre es acogida en Valledupar y es lo que hoy se conoce como el Festival Vallenato.


Gabo y Zabaleta



En la provincia se creo la parranda Vallenata


Es fácil imaginar que los juglares al llegar a un caserío, para brindar en sus cantos las anécdotas del momento, unieron a sus vecinos y a la comunidad en general. Igualmente puede suponerse que así nació la parranda vallenata, que en ella misma nació la piqueria, al encontrarse y ser enfrentados dos acordeoneros en un mismo pueblo, y que fue la forma en la cual se crearon los géneros vallenatos.


La parranda vallenata, en su desarrollo, tomo un camino distinto al de los bailes de la cumbiamba y al de los coros y de las palmas de la tamborera, los generos que antecedieron y acompañaron en su nacimiento al vallenato. Su principal característica es que en la parranda vallenata el verdadero y único protagonista es el acordeonero con su canto, en otras palabras, la música y la historia que la rodea. Y en cada parranda la historia musical se transforma, perfecciona o crea una nueva historia, porque los asistentes que la escuchan la complementan. Para la música vallenata la parranda tiene una gran importancia en la medida en que los acordeoneros o cualquiera de los asistentes narran la historia de los cantos que van a ejecutar, generando un intercambio de informaciones que los mismos acordeoneros vuelven a utilizar en sus cantos, alimentados con la nuevas historias y anécdotas.

Los Villa

Hasta la parranda van llegando los compadres, verdaderos o no. No se requiere una invitación especial, basta saber donde se ha formado y aparecer alli. Por cuenta del anfitrion corren el licor y la comida.

No se baila y ningún asiento puede dar la espalda a otro. No hay horarios y mientras dura, que puede ser varios días, se come en forma continua. El historiador Ciro Quiroz describe:

"El sancocho de la parranda burbujea a la lumbre de un fogón sobre el cual reposa una olla sin vigilancia alguna, que de vez en cuando, recibe la visita del sancochero mayor, primero que lo prueba y con bastante frecuencia. Al lado, otra cuadrilla de sancocheros, también parranderos, permanece a la expectativa para sustraerse el comiso con la complicidad de algunos de los presentes. La finalidad no es grosera, solo busca demostrar destreza. Algunos parranderos especializados en robar sancochos son vigilados sigilosamente".

Se bebe en forma abundante y es un ritual, porque se respeta un orden para repartir el licor, orden que nunca cambia: el primer sorbo es para el acordeonero, el segundo se le sirve al cajero y el tercero al guacharaquero, después la botella va de mano en mano y de boca en boca entre los asistentes, en rondas sucesivas.

La verdadera parranda vallenata solo admite los instrumentos tradicionales y de vez en cuando se hace la concesión de una guitarra.


Luis Enrique Martínez 


Vale la pena destacar la caracterización que hacen en la película El Acordeón del Diablo, producción alemana de Stefan Schwietert realizada en el 2001, sobre lo que es una parranda vallenata:

"Una parranda vallenata es una recoleccion de gente bajo el tejado ferrico arrugado de una barra o casa. Las noticias se extienden raoidamente de boca en boca, -Eh Juan, vamos para la casa de Pacho, -O.K. HOMBRE".

Cada vez llegan mas personas a la celebración entusiasmadas por el sonido del acordeón. Una botella de ron se pasa desde el pórtico alrededor ya que ninguna parranda esta completa sin la bebida. Si hay varios tocadores de acordeón allí, no hacen esperar las llamadas para un concurso conocido como la 'piqueria' que es ejecutado como una pelea de gallos. Los que tocan el acordeón se paran en sentidos opuestos y prueban sonidos con los instrumentos. Cada cantante debe adoptar las ultimas dos lineas de su antagonista y entonces debe agregar dos nuevas estrofas para la contestación. El concurso se acompaña por el estimulo vivo y el aplauso de la muchedumbre que entonces finalmente escoge al ganador."


El historiador Ciro Quiroz expresa que las parrandas han llegado a tal grado de perfeccionamiento, que existen parranderos reconocidos y su asistencia determina el éxito y esplendor del encuentro. En Valledupar y regiones aledañas se destacaron Jaime Molina y Alfonso Pimienta Arregoces, ya difuntos, que dejaron todo un anecdotario. El ultimo de ellos puso a su olla sancochera La Municipal y Alcalde al cucharon porque por su intermedio todo el mundo comía.

Lo mas importante es que en la parranda las anécdotas van siendo recogidas por los acordeoneros, trasladadas a los cantos y difundidas en otras localidades, con lo cual el humor, la música y la costumbre de describir sucesos se enriquecen. 



LA PARRANDA VALLENATA

Por: Jorge Nain Ruiz 
septiembre 30, 2005
El Tiempo



Debo remitirme a la hermosa obra de Consuelo Araujonoguera llamada LEXICON DEL VALLE DE UPAR, donde define la parranda vallenata así: “Reunión musical que antiguamente se hacía de manera repentina e improvisada con el solo fin de escuchar a los mas destacados interpretes del acordeón y en la cual solo podían participar hombres. Consistía en una reunión mas o menos numerosa de amigos ligados entre si por la afición a un músico determinado, que se ubicaban preferentemente en los patios o traspatios de las casas, bajo el sombrío de los árboles, sentados en taburetes de cuero durante largas horas y, a veces, días enteros, mientras escuchaban al músico: Si de pronto aparecía un contendor de renombre la parranda se convertía en piqueria y alcanzaba su mas sublime expresión. 

Lo único que se hacia en las parrandas aparte de oír al acordeonero, era beber enormes cantidades de licor y degustar suculentos sancochos y otros platos típicos de la cocina criolla, complemento indispensable de estas reuniones. La costumbre aún se mantienen con todos los elementos auténticos que la formaron: acordeoneros, licor, comida, chistes, cuentos, aneadotas, versos que se improvisan a los presentes, etcétera. Lo único que ha variado (para mejorarla) es que ahora si se permite la presencia de mujeres como de adolescentes” 

Hay un merengue de Poncho Cotes Junior que describe muy bien esa actividad y que dice: 

…Una parranda en el Plan 
en casa he la vieja Sara 
el acordeón de Toño Sala 
que nunca podré olvidar. 

La fuerza de la costumbre ha decantado unos códigos en la PARRANDA VALLENATA que entre nosotros son sagrados, pero que cualquiera por ignorancia puede transgredir y por lo menos no se hace acreedor al honor de ser llamado “Buen Parrandero”, he aquí las principales reglas o normas: 

1) Al sentarse no se le puede dar la espalda a nadie.
2) No se puede bailar. 
3) Al llegar un amigo se le recibe con un fuerte abrazo. 
4) Mientras se ejecuta el acordeón está terminantemente prohibido hablar. 

Luego entonces la PARRANDA VALLENATA es un homenaje a la música, los artistas lo entienden así, por eso en ese momento le imprimen reverencia y máxima consagración a su oficio, saben que todo el mundo les está poniendo atención, en las verdaderas parrandas vallenatas los músicos no cobran por tocar, pero los parranderos al finalizar la misma le hacen obsequios que puede también ser dinero. 

Ojalá todo aquel que quiera hacer una verdadera parranda vallenata nos ayude a conservar esa hermosa tradición que se constituye en el ritual mas solemne de nuestra música. 

NIÑO VILLA
EN LA CAJA GALVÁN
Oct. 1994




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diciembre 07, 2013

PERIÓDICOS ANTIGUOS DE SANTA MARTA.

EL SAMARIO: Periodo de publicación, 2 de Febrero de 1844 al 31 de Diciembre de 1969. Editorial, Santa Marta. Impreso por Antonio Locarno.

EL SEMANARIO: Periodo de publicación, 24 de noviembre de 1844 al 31 diciembre de 1969. Editorial, Santa Marta. Impreso por Antonio Locarno.

diciembre 02, 2013

REYES DEL VALLENATO, ORIUNDOS DEL MAGDALENA



REYES DEL VALLENATO, ORIUNDOS DEL  MAGDALENA.

POR: RAÚL OSPINO RANGEL


REYES PROFESIONALES.


1988: Alberto “Beto” Villa, de Pivijay.
1992: Álvaro López, de Santa Marta.
1993: Alberto “Beto” Rada, de El Difícil.
2002: Navín López Araujo, de Santa Marta.
2008: Cristian Camilo Peña, de Pivijay.
2010: Luchito Daza Maestre, de El Difícil.



REYES AFICIONADOS

1974: Alberto “Beto” Villa, de Pivijay,
1977: Adiel Vega, de Santa Marta.
1978: Carlos Arrieta Castillo, de El Difícil.
1979: Álvaro López, de Santa Marta.
1988: Navín López Araujo, de Santa Marta.
2000: Némer Yesid Tetay, de Pueblo Nuevo, Ariguaní.
2001: Cristian Camilo Peña, de Pivijay.
2002: Marlon González Cañas, de Fundación.
2006: Rodolfo de la Valle, de Fundación.

2016: Pedro Rueda Pinilla, de Fundación


REYES JUVENILES.

2003: Luis Villa Guette, de Pivijay.

2012: Pedro Rueda Pinilla, de Fundación
2016: ALBERTO OVALLE LATORRE, Samario


REYES INFANTILES.

1971: Adiel Vega, de Santa Marta.
1977: Navín López Araujo, de Santa Marta.
1990: Jaime Luis Bornacelly, de Fundación.
1996: Marlon González Cañas, de Fundación.
2000: Luis Villa Guette, de Pivijay.
2006: Jesús Ocampo Ospino, de El Difícil.
2011: José Camilo Mugno, natural de El Difícil.
2013: Miguel Velilla Navarro, de Santa Marta.



REYES CANCIONES INÉDITAS

1995: Hortencia Lanao, de Santa Marta, con la canción ¿Qué hago Señor?
2006: Ever Jiménez, de Santana, con la canción El Valle es tu Casa.



REYES DE PIQUERIA.

1988: Juan Manuel Oviedo Guerra, de Nueva Granada.


REYES VITALICIO

1999: Abel Antonio Villa, de Moler, Zapayán.
1999: Pacho Rada Batista, de Las Mulas, Plato.






RODOLFO DE LA VALLE
Rey Aficionado 2006


MARLON GONZÁLEZ CAÑA
Rey Infantil 1996
Rey Aficionado 2002



PEDRO RUEDA PINILLA
REY JUVENIL 2012
REY AFICIONADO 2016
JAIME LUIS BORNACELLY EN TARIMA 



noviembre 16, 2013

SILLAS PASELLA DE LIPERI

Italiano, Agrónomo, Farmaceuta, Arquitecto, Escultor y Pintor



Por Alberoni Del Vecchio

Nació en la ciudad de Sassari (isla de cerdeña en Italia), un 29 de diciembre de 1903 y murió en Santa Marta el 16 de junio de 1966.

Fueron sus padres Don Coronello Ignazio Pasella y Doña Maria Paola de Lliperi.

Llegó a Colombia desembarcando en Puerto Colombia a finales de los años 20. Se radicó en Santa Marta, donde trabajó para la Familia Dávila Solano, fue administrador de la Hacienda La María (cerca a Fundación), durante esta administración frecuentaba al Municipio de Fundación, por lo que decidió años más tarde independizarse y ejercer actividad comercial en esta ciudad, alrededor del año 1931.

En Santa Marta contrajo matrimonio con Josefina Cormane, de esa unión nacieron dos hijos: Maximiliano (fallecido) y Roger.

Después enviudó y se casó con Ligia Gutiérrez de quien se separó y luego hizo vida marital con la señora Agueda Martínez con quien tuvo un hijo: Alan. Fruto de otra relación es César quien hoy vive en Madrid (España).

Fue Ingeniero Agrónomo y Farmaceuta, también se dedicaba a la escultura y la pintura, talento que perfeccionó en la Escuela de Bellas Artes de Roma. 

En Roma la "capital Eterna" conoció a don Ramiro Goenaga, quien lo estimuló a que viniera a conocer mejores oportunidades en Colombia.


Era una persona de finos modales, Polifacética y amante del arte.  Además fue excelente bailador y gozaba de buen apetito; de la cocina Colombiana le gustaba el arroz de lisa y chipichipi, los pasteles (tamales) y como buen italiano las pastas. 

Era tradicional que los domingos visitara la casa de don Armando Del Vecchio Rodríguez, quien vivía al lado de “Villa María” la primera casa construida en Fundación, propiedad de la familia Ordóñez, a comer pastas con recetas Italianas.

Fue masón grado 33, y desde esa posición dio gran impulso a la Logia de Aracataca. representada en la reunión en Barranquilla de la Gran Logia nacional de Colombia, el 20 de Julio de 1935, por Don Eusebio Mercado Barrera y Don Marco Aguilar.

En Fundación tuvo un taller de artes plásticas, donde esculpió imágenes de gran relieve y prestigio.

En la década de los 50 fue un destacado representante de la sociedad Fundanense, pionero de la feria ganadera y agropecuaria, a tal punto que a su empuje y entusiasmo Fundación contó con el coliseo de Ferias.

También fue un miembro importante del Club Rotario y líder cívico de gran generosidad. 

Como Arquitecto construyó el Edificio Gutiérrez, a pedido de su propietario don José Ramón Gutiérrez Torres. (hoy edificio donde se encuentra drogas la Rebaja).

En su taller de Fundación

Muchos estudiantes de esa época lo recuerdan en sus intervenciones en los colegios donde era invitado, sobre todo al Instituto Fundación, para dictar conferencias sobre temas universales, en especial de cultura y escultura, y lo percibían como un genio que tenía una respuesta para todas sus inquietudes.

Fue propietario de la farmacia Fundación, que funcionó en la esquina de la carrera 8 con calle 6, la cual por muchos años fue un importante establecimiento Fundanense.

En su farmacia

Don Sillas hizo parte de esa gran colonia de Italianos que llegaron a Fundación a contribuir con su cultura, tradiciones y agilidad comercial a su progreso, como los: Tarantino, Vitola, Fiorentino, Posteraro, Filomena, Fama, Manco, Pezzano, Calvano, De Martino, Del Vecchio, Monachello, Faillace, Fuscaldo, Diago, Scopetta, Cordella, Petrazzini, Aronna, Laíno, De Angelis, Villano, Melo, De Arce, Sabbatino entre otros.

Fue el único Italiano con título nobiliario que llegó a la Zona Bananera.

Murió en Santa Marta, un 16 de junio de 1966, sepultado en el cementerio central, en la bóveda de la familia Cormane Acosta.

Fundación posee una deuda de gratitud con estos extranjeros que vinieron a sembrar progreso y cultura en esta ciudad.

OTRAS GRÁFICAS


Frente de la Farmacia Fundación

En el Coliseo de Ferias, de promoción suya

En su pasatiempo favorito


Con Edith Lara Aguancha


Con Jorge Pérez Barros, Luis José Canedo
y Jorge Rapag Muvdi



noviembre 15, 2013

HISTORIA DEL CAIMAN CIENAGUERO Y TOMASITA

FIESTA DEL CAIMÁN

Esta fiesta la celebran los fundanenses los 20 de Enero, en los precarnavales.


Por: Edgar Caballero Elías.-

Registra la historia que 1600 años antes de la llegada de los conquistadores ya nuestros aborígenes adoraban al caimán. Los pueblos primitivos tenían gran respeto y admiración con determinados animales de la región donde vivían, considerándolos unos dioses o héroes; así ocurría con nuestros nativos que le rendían culto al caimán, que abundaba en los cenagales, caños y pantanos de la región, sacrificándole niños porque se tenía la creencia que al morir su alma tenía el privilegio de ir directamente al Cielo, que le ocasionaba una mezcla de alegría y tristeza, con cierta complacencia de felicidad que les proporcionaba el caimán que se la comió. Otros, por ejemplo, le atribuían cierta nobleza al León, al Tigre o al Águila.

Aquellos rituales, fábulas y mitos, al doblar los años y los siglos y los cambios culturales, se fueron mezclando perdiendo su carácter mitológico y sus costumbres de fúnebre remomeración, para dedicarse por entero a la bien empleada misión de entusiasmar y divertir, conformándose de una manera rudimentaria la historia de esta danza, tomada musicalmente por Eulalio Meléndez (músico cienaguero 1841-1916)
¿Dónde y cómo sucedió la tragedia de Tomasita?

Aún se discute el lugar de aquella tragedia. Hay quienes dicen, por ejemplo, que ésta ocurrió en el Caño de San Luis, un antiguo brazo del desaparecido Puerto de Las Mercedes, cuando su madre se distrajo mientras lavaba la ropa. Este caño recibe su nombre de un pescador llamado Luis Santamaría, que se caracterizaba por salir a pescar solo y se molestaba cuando otro pescador entraba allí a pescar o a cortar leña, creyendo suyo el lugar. Era un caño bastante peligroso por la cantidad de caimanes que allí habitaban, por lo que lo consideraban también protegido por el nombre de su santo porque nunca le pasaba nada.

‘El Rincón de Cachimbero’, como también se le conocía y que para algunos fue donde el caimán se llevó a Tomasita, era una ensenada que quedaba al oriente de Pueblo Viejo donde estaba la Iglesia, tragada por el mar, al norte del Colegio de Bachillerato San José. Esa ensenada, partiendo de Las Mercedes hacia el norte tenía una longitud de casi dos kilómetros y allí quedaba el retén de los guardas departamentales por donde pasaban las mujeres de Pueblo Viejo con el platón en su cabeza para vender el pescado en Ciénaga.

Algo muy típico tenía entonces Pueblo Viejo y era su mercado público en la plaza del pueblo. Desde las primeras horas de la noche comenzaban a establecerse puestos de ventas allí con vendedores que llegaban de Ciénaga y otros arrimaban al lugar procedente de las riberas del Río Magdalena. Después de las doce terminaba este mercado emprendiendo los de Ciénaga, viaje de regreso portando el pescado y los mariscos, marchando por toda la orilla del mar, descalzos y arremangados hasta las rodillas.

En 1918, el Puerto de Ciénaga, entonces inhabilitado, fue canalizado por el Alcalde Manuel Linero Castillo y se llamó Puerto Nuevo o Puerto del Carmen en el Barrio El carmen, que algunos confunden con el Puerto de Las Mercedes, de Pueblo Viejo, o con ‘Puerto Cañón’ que quedaba en el mercado de Ciénaga. Entonces, aquellos lugares como ‘Cachimbero’, ‘El Caño de San Luis’ y el otro denominado ‘Caño e’ Loro’, adyacentes al Puerto de Las Mercedes y pertenecientes todos a Pueblo Viejo, fue donde gravitó la famosa leyenda del caimán.

Una de las referidas versiones de esta historia cuenta que allá llegaría por casualidad un 20 de enero, día de San Sebastián, una joven madre de apellido Bojato o Badillo a lavar al ‘Caño e’ Loro’, lugar donde tenía su hábitat un enorme caimán en compañía de sus hijas. Muchas fueron las recomendaciones de esta madre para la hija mayor a fin de que tuviera cuidado con la pequeñita por temor al caimán. Por eso, cuando posteriormente se creó en Pueblo Viejo, la danza del caimán, sus primeros versos fueron:

“Mijita cuida a tu hermana
que yo me voy a lavá
que por ahí anda el caimán
que se la puede llevá.”

Cuando su madre termina de lavar, al regresar y no ver a la niña, le pregunta a la mayor:

“Mijita, ¿dónde está tu hermana
que ya vengo de lavá
y traigo los pechos llenos
para darle de mamar?”

…ella llorando le contestó:

"El caimán se la llevó…
el caimán se la llevó.”

Entonces la desconsolada madre empieza a gritar angustiada:

“A qué santo clamaré
para salvar a mijita
si a San Juan Evangelista
o al Patriarca San José”

La tragedia de Tomasita

Ante los pedidos de auxilio todos salen armados de arpones a perseguir el caimán. Era una danza que sacaban en carnaval y que se bailaba entre hombres armados con simuladores de arpones, representando lo que significaba la danza: La cacería del caimán. A la cabeza de la danza iba el caimán bailado con destreza por uno de sus danzantes, que era el que llevaba la voz cantante que siempre era un buen improvisador. Musicalmente aquella danza, distinta también en su coreografía y vestimentas, se acompañaba con tambor, pito atravesao y guacharaca. Los versos, cantados en décimas, octavas y cuartillas inspirados siempre en cosas jocosas y reales, mostraban la originalidad de aquel baile.

Con el tiempo Ciénaga creó su conjunto folclórico, copió la danza del caimán de Pueblo Viejo, la incorporó y la adaptó a su folclor variando el formato musical reemplazándolo por el acordeón y el clarinete, modificando la coreografía y los versos, hoy cantados en cuartillas. Le dio su importancia a la mujer al integrarla a su danza, pudiendo así mostrar la alegría y creatividad del pueblo cienaguero y finalmente le fabricó su leyenda que fue producto de la fantástica imaginación creadora del siempre recordado amigo y folclorista Darío Torregroza Pérez, dándole vida a su historia, siendo indiscutiblemente la suya, la más clara y precisa de cuantas leyendas se han escrito: la del Puerto de Las Mercedes, pasando a ser Ciénaga así, la casa de esta ilustre y emblemática fiesta, que hoy nos identifica en el país.

Según su relato, la tragedia se originó en este antiguo atracadero un 20 de enero, cumpleaños de Tomasita, hija de Miguel Bojato y Ana Carmela Urieles, que habitaban en ‘Cachimbero’.

Cuenta la leyenda que para el festejado cumpleaños Ana Carmela salió a hacer las compras con sus hijas Tomasita y Juanita en una de las tiendas de Las Mercedes y se distrajo mientras sus hijas jugaban a la orilla del caño sin percatarse que el caimán las observaba detenidamente, aguardando pacientemente atrapar a una de ellas y arrastrarla al fondo de las turbulentas aguas, al primer descuido que se aproximaran a él.

A escasa distancia de la niña, la superficie de las aguas de Las Mercedes se rompía ligeramente. De repente, sin aparente motivo, la superficie vuelve a parecer completamente plana como un espejo.

No sabían las inocentes niñas que cuando el caimán desaparece de vista es cuando más peligroso es, y nadie, absolutamente nadie, está seguro ni dentro del agua ni en la orilla, ya que es un ondulante torpedo que se desplaza con gran agilidad por entre los matorrales y viejos troncos sumergidos que ruedan entre el agua con apariencia inofensiva, y aquel caimán no deambulaba al azar.

Tomasita y Juanita seguían allí jugando a la orilla de las aguas de Las Mercedes sin darse cuenta que las acechaba uno de los más peligrosos depredadores de los cenagales. De pronto, los ojos del caimán desaparecieron de la superficie de las aguas de aquel puerto: ya el maldito había decidido su destino. Poco después, de nuevo, sus ojos sobresalen entre las redondas y grandes hojas flotantes más cercanas a la orilla impidiendo ser visibles. Se acercaba lento y silencioso, y sus ojos fijos en aquella criatura… en la tierna e inocente Tomasita.

De repente, la tranquilidad del ambiente desaparece. La superficie del agua abruptamente se rompe en la orilla y Tomasita, la inocente niña que jugaba a orillas de aquel tenebroso lugar de Las Mercedes, trata de correr en desesperado intento para salvarse, pero todo es inútil. Todo fue en un abrir y cerrar de ojos. Sobre el agua sus ojos son esenciales para atacar y se les escapa muy pocas cosas, aún en la oscuridad.

Dos enormes mandíbulas armadas con unos dientes puntiagudos y poderosos salen del agua y hacen presa fácil en la tierna niña, que en un instante desapareció bajo la superficie cuando el maldito caimán dio un brusco giro… y se sumergió con ella para siempre.

Pedro Mendoza Guardiola, autor de poesías y versos a la leyenda del caimán, además de acucioso conocedor del folclor, refleja su sensibilidad con el querer y sentir del pueblo, cuando con rabia y sentimiento de dolor le reclama así al maldito en uno de sus más bellos y hermosos versos:

“Dime caimán: ¿por qué hiciste
esa injusticia con ella?
como la viste tan bella,

¿por eso te la comiste?

Después que Tomasita desapareció entre las turbulentas y oscuras aguas de aquel caño, donde muchos salieron presurosos en encontrarla viva, no quedando una pulgada de aquel puerto que no se registrara siendo todo inútil, fue cuando Ana Carmela empezó a gritar enloquecida al recibir la noticia de la pérdida de su hija, mientras sus amigas trataban de calmarla acompañándola en su dolor hasta el rancho en ‘Cachimbero’, donde ellos vivían.

El viejo Miguel, ignorante aún de la noticia, continuaba festejando el cumpleaños de Tomasita. De pronto, en medio de aquel jolgorio, apareció la muchedumbre llorando y la fiesta entonces de la alegría pasó a la confusión y pánico… y se transformó en tormento.

El padre de la niña al ver a Juanita sola, corrió y la abrazó alarmado y le preguntó, como adivinando la máxima tragedia, sin saber que aquella se fuera a convertir más tarde en un pedazo del folclor colombiano:

“¡Ay! Mijita linda, ¡dónde está tu hermana!”
Y la niña llorando le contestó:

“El caimán se la comió, papá… ¡El caimán se la comió!”

La leyenda del caimán, como toda leyenda, llenas de contradicciones y sentimientos, es una parte fundamental de nuestro pasado y presente que tiene sus antecedentes en la tradición oral, fábulas y mitos, que surgen de una historia pueblerina contada por alguien, que se repite siempre en distintas formas y dependiendo muchas veces también, de nuestro interés y conveniencias. No obstante, las leyendas hay que contarlas, mostrarlas y difundirlas, así sea cada quien a su antojo, forma y estilo, pero sobre todo, recrearlas en toda su riqueza y colorido folclórico.


EL HOMBRE CAIMÁN DE PLATO

Existe otra historia relacionada con este reptil y es la Hombre Caimán de Plato. Es una leyenda que trata de la historia de un hombre cuya pasión por espiar a mujeres desnudas lo condenó a quedar convertido en un ser con cuerpo de caimán y cabeza humana. Se desarrolla en la población ribereña de Plato.

En Plato se celebra anualmente el Festival del Hombre Caimán. También existen una plaza y un monumento en su honor que son patrimonio cultural de la población. La leyenda del Hombre Caimán quedó inmortalizada en la canción "Se va el caimán" de José María Peñaranda.

Cuentan que hace mucho tiempo existió un pescador muy mujeriego que tenía por afición espiar a las mujeres plateñas que se bañaban en las aguas del río Magdalena. Previendo que podría ser descubierto entre los arbustos, se desplazó a la alta Guajira para que un brujo le preparara una pócima que lo convirtiera temporalmente en caimán, para así no despertar sospechas entre las bañistas y poderlas admirar a placer. Al cabo de su observación, otra pócima, aplicada por un amigo suyo, debía retornarlo a su estado humano. El brujo le preparó las dos pócimas, una roja que lo convertía en animal, y otra blanca que lo volvía hombre de nuevo.

Saúl disfrutó de algún tiempo de su ingenio, pero en una ocasión, el amigo que le echaba la pócima blanca no pudo acompañarlo. En su lugar fue otro que, al ver el caimán, se asustó al creer que era uno verdadero y dejó caer la botella blanca con el preciado líquido. Antes de derramarse completamente, algunas gotas del líquido salpicaron únicamente la cabeza de Saúl, por lo que el resto de su cuerpo quedó en forma de caimán. Desde entonces, se convirtió en el terror de las mujeres, que no volvieron a bañarse en el río.

La única persona que se atrevió a acercársele después fue su madre. Todas las noches lo visitaba en el río para consolarlo y llevarle su comida favorita: queso, yuca y pan mojado en ron. Tras la muerte de su madre, que murió de la tristeza por no haber podido encontrar al brujo que había elaborado las pócimas porque había muerto, el Hombre Caimán, solo y sin nadie que lo cuidara, decidió dejarse arrastrar hasta el mar por el río hasta Bocas de Ceniza, como se conoce la desembocadura del río Magdalena en el mar Caribe a la altura de Barranquilla. Desde entonces, los pescadores del Bajo Magdalena, desde Plato hasta Bocas de Ceniza, permanecen pendientes para pescarlo en el río o cazarlo en los pantanos de las riberas.

Monumento al hombre caimán
Plato

FESTIVAL FOLCLÓRICO DE LA LEYENDA DEL HOMBRE CAIMÁN

Se inició en el año 1972 y se lleva a cabo anualmente durante el mes de diciembre en el municipio colombiano de Plato, en el departamento de Magdalena. Es organizado por la Fundación Festival Folclórico de la Leyenda del Hombre Caimán. Como evento perteneciente al Nodo Vallenato de la Red Nacional de Festivales de Músicas Tradicionales Colombianas difunde las músicas del Caribe oriental del país.

Es un evento en el que se dan cita las expresiones culturales y folclóricas ribereñas y de la Costa Caribe colombiana con el fin de reafirmar y hacer visible el patrimonio riano.

Durante el Festival se realiza el Concurso de Música de Acordeón en las modalidades Aficionado, Infantil y Canción inédita. Igualmente se premia el Mejor Disfraz del Hombre Caimán y se realizan concursos Anfibios (canotaje y atarraya). Adicionalmente, se realizan actividades como la parada folclórica, la cabalgata, exposiciones, presentación de grupos folclóricos, talleres, conversatorios y foros.

La Leyenda del Hombre Caimán, que da nombre al Festival, es la compilación que hizo el escritor Virgilio di Filippo de unos cuentos de pescadores. El apuesto y joven pescador Saúl Montenegro tenía como afición el ver desnudas a las lavanderas y bañistas que visitaban el Caño de las Mujeres, en Plato, Magdalena. Para poder continuar visitando el caño, y ante la prohibición legal para que los hombres visitaran ese lugar, Saúl Montenegro recurrió al uso de rezos y brebajes que le enseñó y le preparó un indio de la alta Guajira, los cuales lo convertían en Caimán. Un día, la botella que contenía el líquido que lo devolvía a su forma humana se soltó de las manos de su compañero de aventura y se rompió contra una roca. De este brebaje, únicamente unas gotas cayeron en su cara, devolviéndole la faz humana solamente al rostro. Desde ese momento, Saúl Montenegro quedó convertido en un caimán con cara de hombre o en un hombre con cuerpo de caimán.

El Festival es un espacio de convivencia y paz que integra a los municipios de la subregión Chimila y el bajo Magdalena, con la finalidad de defender y proyectar la unidad e identidad cultural de esa zona.


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noviembre 11, 2013

MIRIAN ESCORCIA DE PALLARES


Los trece apóstoles del Algarrobo

Crónica escrita por: Carlos Mauricio Vega

Miriam con su madre, hijas
y Monseñor Jorge Escorcia, su hermano


En una zona del Bajo Magdalena donde campeaba la violencia, una maestra y su grupo de colegas lograron en diez años transformar el caos en orden y crear en su colegio de 900 alumnos un modelo de convivencia, resolución pacífica
de conflictos y amor por la región.

¿El secreto? La búsqueda de las raíces de una comunidad tradicionalmente desgarrada, y la aplicación de un modelo de excelencia académica basada en la recuperación del amor propio a través de la disciplina, la constancia y la búsqueda de calidad. Su éxito ha influido la vida de las familias y ha transformado al municipio mismo La bala pudo haber venido de cualquier parte. De un estudiante resentido, de algún frente guerrillero intolerante, de un paramilitar extraviado. Ciertos terratenientes creían que el colegio era semillero de subversión.

Y algunos alumnos y uno que otro profesor creían que el rector era demasiado intransigente y autoritario.

El 18 de agosto de 1989, el mismo día en que mataron a Galán, fue asesinado en la puerta de su casa en Algarrobo, Magdalena, el profesor Gilberto Santana. En medio de la ola de violencia que envolvía a la región en esa época, su muerte habría podido pasar inadvertida. No se trataba, sin embargo, de un profesor cualquiera:

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